Dra. Arancha Sainz. Neuróloga en IMQ Amárica
Los accidentes cerebrovasculares son una carrera contra el reloj
en la que está en juego la gravedad de las secuelas
Según la Sociedad Española de Neurología, unas 120.000 personas sufren un ictus cada año. De esa cantidad, 5.000 casos se registran tan solo en Euskadi. Los accidentes cerebrovasculares (ACV), principales causantes de discapacidad, son más comunes en personas mayores (la mayoría aparece a partir de los 65 años), por lo que, conforme se envejece, hay más probabilidades de sufrir uno.
Un ACV se produce cuando existe una falta de flujo sanguíneo en el cerebro (isquémico), que representa más del 80% del total, o cuando tiene lugar un sangrado (hemorrágico). Ante esta situación, las neuronas dejan de tener acceso a los nutrientes necesarios para seguir vivas y comienzan a morir. La rapidez de reacción es clave, pues un ataque cerebral puede causar daños graves e incluso la muerte en los casos más extremos.
La aparición de un ictus está asociada a las mismas causas que otras enfermedades cardiovasculares: tabaquismo, consumo habitual de alcohol y drogas, hipertensión, colesterol elevado, diabetes, arritmias cardiacas, vida sedentaria
y altos niveles de estrés.
¿Cómo podemos saber si alguien está sufriendo un ACV?
El conjunto de síntomas se dividen en cuatro grupos que dan nombre a la técnica FAST por sus siglas en inglés.
1- Rostro (Face): Se pierde la sensibilidad o la fuerza en la mitad del cuerpo. Se nota porque el paciente parece tener media cara caída o una sonrisa asimétrica.
2. Brazos (Arms). Al levantar ambos brazos por igual, si uno está más bajo es indicativo de que hay media parte del cuerpo debilitada. Otro signo es la imposibilidad de coger un objeto.
3. Habla (Speech). La capacidad de comunicación queda afectada de forma casi inmediata, presentando dificultades
para entender o arrastrando las palabras.
4. Tiempo (Time). En cuanto se note alguno de estos síntomas debe llamarse inmediatamente al 112. El tiempo es vital. Mientras llegan las asistencias, hay que intentar que la persona esté cómoda, se calme y no se mueva ni se fuerce a hablar. Tampoco debe dársele comida o bebida para que no se atragante.
Otros signos de alerta
Además de estos síntomas, existen otros como dolor de cabeza muy fuerte sin ningún motivo, visión doble o pérdida de visión en un ojo, hormigueo en un brazo, en una pierna, en la cara o en todo un lado del cuerpo, y mareo e inestabilidad repentinos junto a sensación de vértigo.
Para tener menos probabilidades de sufrir un ictus, lo mejor es prevenir. Hacer ejercicio (vale un paseo al aire libre o nadar); comer de manera sana y equilibrada; controlar el peso; dormir al menos 8 horas; alejarse del estrés; evitar el alcohol y el tabaco, y mantener el cerebro en forma leyendo, charlando o haciendo crucigramas son actividades y costumbres en las que descansa nuestra salud.