<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=1302467143154317&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">

vacaciones  

 

Desconexión del trabajo y vacaciones sin estrés

 

Por fin llegan las esperadas vacaciones…esas que todos ansiamos que lleguen y que nos hacen disfrutar de un merecido descanso. Este año seguramente todavía con mayor motivo. Sin embargo, no todas las personas consiguen descansar. ¿Qué pasa si durante el periodo vacacional no podemos olvidarnos del trabajo?

En contra de lo que se pueda pensar, cada vez es más frecuente encontrarse con personas incapaces de desconectar en sus vacaciones. En ello influyen la permanente interacción que proporcionan Internet y los dispositivos móviles, sumada a cargos de responsabilidad y a intensas jornadas laborales.

Qué es el estrés vacacional

El síndrome más conocido como “estrés vacacional”, también llamado "depresión de la tumbona" o "bajón veraniego" consiste en la dificultad que tienen algunas personas para modificar su ritmo de trabajo durante los períodos de descanso vacacionales.

Este tipo de problemas son más comunes en personas hiperexigentes, que se consideran imprescindibles y les cuesta delegar y personas acostumbradas a trabajar bajo presión. Estas personas, si bien a lo largo de todo el año, se acostumbran a un determinado ritmo laboral, cuando llegan las vacaciones, intentar modificar ese ritmo a la baja les afecta de manera negativa y les produce síntomas de ansiedad.

Lo que les sucede es que los niveles de las hormonas relacionadas con el estrés (cortisol y adrenalina) descienden considerablemente, debilitando el sistema inmunológico y, por tanto, están más expuestas y vulnerables para contraer alguna enfermedad.

Pero mantener constante ese ritmo acelerado de actividad, sin descanso, puede ser aún más perjudicial y elevar nuestros niveles de ansiedad y de estrés hasta un punto peligroso. Por este motivo las vacaciones son absolutamente necesarias, ya que permiten restablecer el equilibrio de nuestra salud física, mental y emocional.

Consecuencias negativas de la no desconexión

No saber desconectar del trabajo provoca consecuencias a varios niveles:

  • Las personas que te rodean pueden sentirse excluidas y poco valoradas, lo que puede generar problemas de pareja, familiares o con amigos.
  • Nuestro cuerpo puede verse resentido y sufrir cambios en el apetito, trastornos digestivos y gastrointestinales, insomnio y alteraciones en el sueño, debilidad del sistema inmune, cansancio, mareos, calambres, hipertensión, pérdida de deseo sexual o dolores de cabeza.
  • En el aspecto emocional puede manifestarse irritabilidad, inquietud, decaimiento hipersensibilidad o dificultades en las relaciones familiares y sociales.

A esto se le suma la dificultad de desconexión en vacaciones, debida a la incorporación de las nuevas tecnologías y la digitalización del trabajo a través de los móviles y los ordenadores portátiles a los que llegan mensajes y correos electrónicos de forma constante y que permiten llevarse el trabajo a cualquier parte.

Según un último informe sobre el mercado laboral en España, un 51 % de los españoles en activo responde a correos electrónicos y atiende llamadas de trabajo durante sus vacaciones.


Consejos para desconectar en vacaciones

  • Dejar el trabajo lo más cerrado y controlado posible antes de irse de vacaciones, para no tener que pensar en temas abiertos. Y si es imposible dejar todo cerrado, es importante aprender a delegar y avisar a los compañeros con la suficiente antelación. Si no hay esta opción otra alternativa es no aceptar compromisos que no se pueden cumplir.
  • Romper totalmente la rutina diaria en el ámbito laboral.
  • Compartir actividades con familiares y amigos que resulten placenteras sin olvidar dedicar un espacio de tiempo, aunque sea breve, a uno mismo.
  • Reducir el uso del teléfono móvil y de las redes sociales. Para aquellas personas que no puedan evitar consultar su teléfono inteligente, es recomendable que se obliguen a hacerlo solo un día a la semana y en una franja horaria concreta, que no afecte a la dinámica familiar.
  • Si se está a tiempo, unos días antes de irse de vacaciones hay que “intentar bajar el ritmo de trabajo.
  • Practicar ejercicio, descansar y tener una dieta sana para lograr tener una mayor vitalidad, autoestima y energía positiva.
  • Mantener atención plena en lo que se hace en cada momento para disfrutar del presente.

Algunos estudios científicos señalan que tomar unas semanas de vacaciones ayuda a mejorar la productividad, eleva la moral  e, incluso, pueden llegar a disminuir los accidentes laborales. Esos estudios indican que tres semanas seguidas de descanso serían lo ideal y dos semanas consecutivas, lo recomendable.