Dr. Pablo Aranda
Responsable del Centro de Medicina Deportiva de IMQ Zorrotzaurre
El ejercicio físico está estrechamente ligado a una vida saludable en todos los sentidos, tanto a nivel físico como mental y emocional. Multitud de estudios científicos han evidenciado los beneficios del deporte para la salud, demostrando que no solo previene enfermedades, también consigue mejorar la calidad de vida. Evitar el sedentarismo y practicar ejercicio físico de manera habitual implica numerosos efectos positivos a corto y largo plazo.
Mejora la salud cardiovascular y la resistencia respiratoria
Los deportes aeróbicos como correr, nadar, practicar ciclismo o andar a paso rápido, aportan multitud de beneficios para nuestro sistema cardiovascular. El ejercicio practicado durante un periodo de tiempo prolongado aumenta la resistencia del corazón, mejora la oxigenación y permite mantener los músculos y articulaciones tonificados.
Aumenta la fuerza, la flexibilidad y la coordinación
El ejercicio físico bien realizado aporta una mayor elasticidad y movilidad articular, así como un aumento de la concentración y los reflejos. El deporte aeróbico sumado a actividades de fuerza hace que mantengamos o desarrollemos masa muscular, eliminando la acumulación de grasa. A medida en que sustituimos grasa por músculo también se acelera nuestro metabolismo.
Los estiramientos tras realizar ejercicio cardiovascular son muy importantes, no solo para evitar lesiones, también porque amplían la flexibilidad de las articulaciones, fortaleciéndolas a largo plazo. Por ello es imprescindible incluir estas rutinas en nuestra práctica deportiva.
Previene de patologías crónicas y dolencias
Realizar deporte de forma regular disminuye el riesgo de padecer muchas enfermedades y problemas que pueden condicionar en gran medida nuestra vida. Tal y como demuestran muchos estudios científicos, el ejercicio físico previene la aparición de patologías como la diabetes, la osteoporosis y diversos tipos de cáncer, entre muchas otras. Además es la mejor forma de evitar el síndrome metabólico, un grupo de trastornos que implican altos riesgos para la salud y que incluyen colesterol, presión alta, elevado nivel de azúcar en sangre y sobrepeso.
La actividad física disminuye la concentración de colesterol LDL (el malo), mejora la tolerancia a la glucosa, facilita el funcionamiento intestinal y favorece la estabilidad de ligamentos, tendones y articulaciones. Gracias a ello, los riesgos de padecer enfermedades se reducen de forma importante:
El deporte también facilita la eliminación de los dolores de espalda gracias al fortalecimiento de los músculos y el aumento de la flexibilidad. Además, previene frente a enfermedades óseas y disminuye el riesgo de padecer fracturas en el futuro.
Reduce el estrés, las tensiones y los estados anímicos negativos
La descarga de energía que conlleva el ejercicio físico tiene múltiples beneficios a nivel mental y emocional. Por un lado, permite eliminar tensiones y mejorar el descanso. Pero, además, el deporte tiene un efecto positivo demostrado en la reducción de la ansiedad y el estrés. Gracias a ello, se consiguen eliminar también las consecuencias físicas y emocionales de estas dolencias, como son las migrañas, el estreñimiento, la fatiga continua, la falta de concentración y la irritabilidad, entre otras.
Según estudios médicos sobre deporte y salud mental, la actividad física puede reducir en un 30% los sentimientos de angustia y el riesgo de padecer depresión, así como entre un 20% y un 30% el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas como la demencia.
Mejora la calidad de vida y la sociabilidad
Gozar de una buena salud no es la ausencia de enfermedades, significa también sentirse bien a nivel físico y psicológico. El deporte tiene un papel muy importante en la percepción de la calidad de vida, ya que hace que nos sintamos más fuertes, saludables y con mayor energía, aumenta los niveles de autoestima y además favorece la socialización.
Por todo ello, es importante incluir la actividad física en nuestra vida diaria y evitar al máximo el sedentarismo. Aún así, debemos practicar deporte regulando la intensidad, la frecuencia y la duración a nuestras capacidades personales y enfocarlo como siempre como una actividad de disfrute. De lo contrario, puede conllevar efectos negativos para la salud tanto físicos como mentales ligados al exceso de autoexigencia.
Puedes ampliar más información en el siguiente vídeo.
En IMQ contamos con un amplio equipo de especialistas en Medicina Deportiva para atender todo tipo de lesiones y patologías derivadas de la práctica deportiva. Ponte en buenas manos con los mejores profesionales para que puedas practicar deporte con las máximas garantías. |