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 Absentismo Laboral

Absentismo laboral, más que un problema de salud

 

Enrique Astaburuaga

Director Médico de IMQ Prevención

 

El COVI-19 ha llenado y sigue llenando páginas y páginas de información, no solo en términos de salud, sino también por su impacto social y económico. Dentro de estos últimos es necesario destacar el efecto que está teniendo la pandemia en el ámbito de la Salud Laboral de las personas trabajadoras, de su incidencia en los procesos de bajas y de las jornadas perdidas que está ocasionando.

El constante aumento de las ausencias laborales por motivos de salud constituye una realidad. Desde 2013 se viene constatando, de hecho,  un continuo incremento del indicador si bien el coronavirus ha provocado un récord absoluto en las tasas.

Gráfico caídaLa crisis económica generada por la pandemia ha acentuado uno de los problemas más relevantes que sufren las empresas vascas lastrando su competitividad. La  tasa de absentismo laboral en Euskadi es la más alta del Estado, en torno a un 22% superior a la media, perdiéndose al año en torno 18 días de trabajo por cada empleado, según datos facilitados por las Mutuas de Trabajo. Según el último informe de coyuntura de la organización empresarial, Cebek, un 49% de las empresas han constatado un incremento del mismo en 2020 frente al 29% del trabajo precedente. De hecho, un estudio de Adecco indica que la tasa del absentismo en Euskadi alcanzó su máximo histórico en el primer semestre del pasado año con un 9,5%.

El absentismo o ausencia del trabajo afecta seriamente a la productividad de las empresas no solo porque ven incrementados los costes de producción como consecuencia del pago de la prestación sino también por la necesidad de contratar a otra persona para realizar las tareas de quien se ausenta. También afecta a los organismos públicos, Seguridad Social y sistemas sanitarios, que incrementan sus costes.

Principales causas del absentismo

Las empresas, cada vez más, se esfuerzan por reducirlo aunque no es tarea fácil ya que en él influyen muchos factores (individuales, laborales, socio económicos…). Además, en parte, es una cuestión inevitable ya que las personas inexorablemente enfermamos.

El motivo más habitual que impide acudir al puesto de trabajo es la enfermedad común con baja de incapacidad laboral transitoria. En este sentido, las lumbalgias y las enfermedades respiratorias son las que tienen una mayor relevancia en cuanto a horas perdidas y costes, seguidas de afecciones relacionadas con la vista –conjuntivitis, fatiga visual–, el estómago –gastroenteritis– o la mente –desórdenes psicológicos–.

  • Vías respiratorias: Las infecciones del tracto respiratorio encabezan los motivos de consulta en la población laboral. La vacunación es el mejor modo de prevenir su impacto.

  • La lumbalgia es la patología dorsal que causa un mayor número de bajas. Realizar ejercicio físico aeróbico y seguir unas buenas prácticas ergonómicas ayudan a mantener una espalda saludable.

  • Vista: Conjuntivitis y fatiga visual son las más habituales, sobre todo en trabajos de oficina.

  • Mente: Los problemas psicológicos y psiquiátricos están aumentando debido al estrés

  • Aparato digestivo: Gérmenes y bacteria generan gastroenteritis, colitis y otros problemas estomacales.

No obstante, existen a menudo causas internas para el absentismo que podrían ser evitables y es ahí donde la empresa deberá esforzarse por conocer con más profundidad cuáles son, qué las motiva y evitar que se produzcan. Hay también otras que, aunque no evitables, sí es posible actuar sobre ellas para reducir su duración.

Medidas que pueden ayudar a reducir el absentismo laboral

  • Estrechar la manoAyudar al trabajador/a a incorporarse a su puesto de trabajo cuando se encuentre en condiciones de ofrecer el máximo rendimiento sin riesgos para su salud.

  • Buscar el puesto que más se adecue a su capacidad física en colaboración con el servicio de prevención de que disponga la empresa.

  • Orientar al trabajador/a acerca de las opciones de diagnóstico y/o tratamientos existentes implicando a la empresa en ello.

  • Canalizar al trabajador/a hacia una incapacidad total y/o absoluta cuando el diagnóstico de la enfermedad y/o capacidad del trabajador/ a lo requiere.

  • Tranquilizar al trabajador/a en aquellos aspectos de su enfermedad y tratamientos que le pueden producir desasosiego.

  • Contactar con los diferentes profesionales que actúan sobre la enfermedad del trabajador con el objeto de acelerar determinadas pruebas diagnósticas y/o terapéuticas. Esta suele ser una de las causas más habituales de la prolongación del tiempo de incapacidad.

  • Indicar al trabajador/a que ya se encuentra recuperado de la enfermedad que motivó su incapacidad y que está listo para reiniciar la actividad.